El presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur, César Enrique Galaviz Lugo, informó que las trillas de granos y oleaginosas finalizaron en la región norte de Sinaloa, con resultados regulares para los productores, debido a diferentes complicaciones que se presentaron a lo largo de la temporada.
Cesar Galaviz resaltó que los productores agrícolas vienen arrastrando números muy ajustados desde las últimas temporadas, por los altos costos de producción que predominan en Sinaloa, precios insuficientes de cosechas, falta de apoyos de comercialización y financiamientos, provocando fuertes problemas de rentabilidad en la mayoría de los cultivos.
El presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur mencionó que el maíz fue el cultivo con mayor reducción de superficie en el estado, del 44% comparado con el año pasado, pues tan solo en la zona norte se establecieron 29 mil 797 hectáreas versus las 106 mil 795 del ciclo anterior, marcando una drástica reducción del 72%, debido a la poca disponibilidad de agua.
Haciendo un recuento de los cultivos de granos y oleaginosas que se establecieron en esta temporada, el cultivo de frijol, a diferencia del año pasado, los rendimientos no fueron los óptimos, debido a diferentes factores, como la escasez de agua, que propiciaron rendimientos promedio de 1.5 toneladas por hectárea, asimismo,, se incrementó la superficie en Sinaloa con un 116%, en comparación con el año pasado, generando como resultado un aumento en la producción y una caída de precios de este producto.
Para trigo harinero, cultivo preponderante en el Valle del Carrizo, en esta temporada se establecieron solamente 16 mil 539 hectáreas, con una reducción del 36%, comparado con el ciclo anterior, donde la sequía también fue protagonista de esa disminución de superficie. Sin embargo, la mayoría de los productores pudieron obtener rendimientos aceptables por la programación de siembra que realizaron en relación a la disponibilidad del vital líquido.
El cultivo de sorgo registró en Sinaloa una superficie de siembra de 26 mil 878 hectáreas, muy por encima de lo establecido el año pasado, con 8 mil 899 hectareas, cuyo incremento se debió principalmente al factor agua, donde los productores que tenían contemplado sembrar maíz optaron por ese cultivo de baja demanda de agua. En comercialización, el precio promedio que recibieron por sus cosechas los productores de la región osciló en 3 mil 650 pesos por tonelada, precio que estuvo muy por debajo de los 4 mil 500 pesos que cuesta producir una tonelada de sorgo, resultando sin duda una mala temporada.
Para garbanzo, la superficie estatal de siembra pasó de 31 mil 31 a 66 mil 894 hectáreas, significando un incremento del 115%, con rendimientos que estuvieron aceptables alcanzando de 2 a 2 y media toneladas por hectárea, donde para algunos productores se convirtió en una alternativa en momentos de escasez de agua.
El cártamo jugó tambien un papel importante para algunos agricultores que decidieron sembrar ese cultivo para no dejar las tierras ociosas, donde los rendimientos promedio no fueron los esperados y que, además los precios de mercado estuvieron por debajo del costo de producción.
En resumen, la actividad agrícola actualmente está sufriendo un periodo muy complicado que se espera superar pronto, donde los costos de producción en algunas ocasiones superan los precios de las cosechas, volviendo la actividad vulnerable por la poca o nula rentabilidad. Aunado a los factores climatológicos, como la poca disponibilidad de agua, que también han afectado en los últimos años, recurso primordial para la agricultura.