El sueño americano se convirtió en una pesadilla para la familia de Arthur Pedro, un niño migrante de Angola, cuyo viaje hacia Estados Unidos se vio abruptamente interrumpido al caer desde un vagón del ferrocarril en la estación Sufragio de El Fuerte.
La muerte del pequeño de 8 años fue instantánea, impactando con su cabeza en las vías tras el incidente durante la colisión entre los trenes.
Ante esta tragedia, las autoridades municipales, encabezadas por Gildardo Leyva y Laura Ledezma, respondieron con prontitud, brindando apoyo a las familias con diligencias ante la Vicefiscalía, así como proporcionando alimentos y ropa, pero sobre todo con el cariño y solidaridad que la familia necesitaba en ese momento.
Desde noviembre, Arthur, su madre Teresa Salgado Francisco y dos menores una niña y un Niño de 14 y 10 años salieron de Angola, con la intención de llegar a los Estados Unidos por lo que emprendieron su travesía caminando, a veces en autobuses y en trenes, soportando climas extremos, en noches y días con dificultades para alimentarse, todo con la esperanza de reunirse con el padre que aguardaba en Estados Unidos.
Dos adultos que compartían el mismo tren decidieron quedarse y acompañar a la familia en este doloroso momento.
En la misa de cuerpo presente celebrada el miércoles, el padre del Templo del Sagrado Corazón de Jesús elevó una plegaria por el eterno descanso de Arthur y por todos aquellos que emprenden esta travesía en busca de una vida mejor.
Un ataúd blanco, adornado con flores y dulces colocados por niños, ocupaba el centro de la iglesia.
Teresa, agradeció el apoyo y expresó su sorpresa al descubrir que no viajaba sola, encontrando una gran familia en la ciudadanía de El Fuerte.
La conmoción por la muerte del menor unió a la sociedad del pueblo mágico , congregándose para dar el último adiós acompañando al cortejo fúnebre hasta el Panteón municipal de El Fuerte.
Adultos y niños se unieron en el dolor, mientras los gritos de Teresa resonaban en el aire.
Familiares transmitieron en vivo minuto a minuto lo sucedido con Arthur al padre del menor y a la comunidad de africanos en Estados Unidos, quienes mostraban su dolor a través del teléfono celular.
Aunque la historia de Arthur culmina en El Fuerte, el grupo de inmigrantes continuará su ruta hacia Estados Unidos, dejando el cuerpo del menor en este pueblo del norte de Sinaloa, con la fe de que su pequeño ángel los acompaña.
